dc.description.abstract | Uno de los temas más interesantes y problemáticos de la pedagogía del proyecto es el de la iniciación del aprendiz en la actividad de proyectar: cómo conseguir que comience a proyectar quien todavía no sabe hacerlo. Nuestro punto de vista sobre este tema procede de una ubicación aparentemente periférica al proyecto de arquitectura como es la pedagogía del dibujo. Sin embargo, a pesar del supuesto carácter periférico de la pedagogía del dibujo con respecto a la pedagogía del proyecto, nuestra experiencia en este campo nos ha permitido descubrir la fertilidad del dibujar como iniciación en el proyectar. En efecto, la iniciación en el proyecto de arquitectura puede tener lugar a través de la práctica del dibujo, recogiendo la tradición del dibujo de concepción y enriqueciéndola con los actuales medios instrumentales y con las reflexiones que les acompañan. Hay que resaltar que cuando hablamos de dibujo, nos referimos a un dibujar entendido -en sentido amplio- como una serie de prácticas configuradoras, tanto manuales como asistidas por computadora, que elabora tanto dibujos planos como artefactos tridimensionales, y que utiliza la fotografía y el vídeo como medios creativos fundamentales. Y cuando hablamos de prácticas pedagógicas, nos referimos a ciertas actividades destinadas de manera específica a desencadenar la creatividad de los aprendices, actividades que no se corresponden con los modos profesionales de proyectar, aunque podrían asimilarse a las etapas de concepción de la arquitectura, anteriores a las de descripción y concreción técnica de los artefactos arquitectónicos. Al centrarse en el tanteo de configuraciones -suspendiendo en la medida de lo posible las concreciones de la forma-, dibujar puede convertirse en un original entrenamiento de la creación que no tiene equivalente en las tradicionales asignaturas de proyectos, centradas habitualmente en la búsqueda de soluciones. | pt_BR |