| dc.description.abstract | En la historia y crítica de la arquitectura del siglo XX perdura el error de asumir los edificios paradigmáticos del Movimiento Moderno como obras cerradas, idenficadas por su unidad formal y espacial y su consecuente perfección estética: ello ocurre con la escuela del Bauhaus, la villa Savoye o el Pabellón de Barcelona, entre otras. Análisis reduccionista y esquemático que también alcanzó el MES, sólo conocido por sus monumentales pilotis, el uso de los brise-soleil y su original localización en el contexto urbano. Sin embargo, cada uno de estos ejemplos es el producto de un trabajoso, contradictorio y complejo proceso de proyecto, extendido en el tiempo histórico. La posibilidad de estudiar en profundidad la evolución del proyecto del MES, permitió develar las etapas de un proceso de diseño poco conocido hasta ahora, desde la primera solución de Lucio Costa y su equipo, todavía atada a esquemas académicos; las intervenciones de Le Corbusier a través de dos propuestas que no alcanzaron la madurez esperada, y el momento de inspiración de Oscar Niemeyer, quién tuvo la capacidad de síntesis que le llevó a resumir todas las precedentes alternativas y lograr la solución acabada del MES, convertido en modelo y paradigma universal del moderno edificio de oficinas. En este ensayo se intenta demostrar la complejidad existente en un proceso de proyecto y al mismo tiempo, la dinámica positiva establecida por un equipo de trabajo, en antítesis con la equivocada tesis de una arquitectura surgida de la inspiración espontánea del artista genial. | pt_BR |
